sábado, 10 de junio de 2017
TEORÍAS IMPLÍCITAS DEL LIDERAZGO
Este articulo presenta objetivos puntuales que ayudaran a toda persona a poder llegar a ser un buen líder, poder trabajar en equipo sabiendo escuchar a las demás personas jefes y subordinados teniendo en cuenta sus opiniones e ideas siendo su objetivo siempre llegar a la meta trazada que sera el éxito tanto en lo personal como en lo laboral.
El campo constituido por el liderazgo es muy diverso e incluye un amplio espectro de teorías, definiciones, descripciones y filosofías. A pesar de que no existe hasta el momento una definición específica y ampliamente aceptada respecto del liderazgo, la mayor parte de las corrientes de investigación acuerdan que éste puede ser definido como un proceso natural de influencia que ocurre entre una persona —el líder— y sus seguidores. Además coinciden en que dicho proceso puede ser explicado a partir de determinadas características y conductas del líder, por percepciones y atribuciones por parte de los seguidores y por el contexto en el cuál ocurre (Antonakis, Cianciolo y Sternberg, 2004). Lord y Maher (1991) sostienen que el liderazgo es fundamentalmente un proceso atributivo resultado de un proceso de percepción social, siendo la esencia del mismo el ser percibido como líder por los otros. El paradigma dominante en el estudio del liderazgo evolucionó desde modelos más estáticos basados en los rasgos psicológicos de los líderes a modelos situacionales que toman en cuenta las variables del ambiente y de la persona (Yukl, 2002). A finales de los años ochenta y principios de los noventa los estudios de Lord, Foti y De Vader (1984) y Lord y Maher (1991) desde la perspectiva del procesamiento de la información resultó en una línea de investigaciones de gran utilidad para el estudio del liderazgo en las organizaciones.
Este modelo parte de interrogantes tales como: ¿Qué es lo que hace que un subordinado perciba a su superior como un líder? ¿El líder resulta igual de efectivo en Alejandro Castro Solano es doctor en psicología y miembro de la Carrera del Investigador del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas, Buenos Aires (Jean Jaures 437, 8° - 19, 1215). María Laura Lupano Perugini es profesora adjunta en la Universidad de Palermo. contextos donde los seguidores tienen otro prototipo cognitivo de líder? De alguna manera, estos desarrollos implican un resurgimiento del interés en el estudio de los rasgos de personalidad de los líderes pero poniendo el acento en el papel de los prototipos cognitivos idiosincráticos que se forman en la mente de los seguidores respecto de líderes. Más específicamente, las investigaciones recientes se han focalizado en la influencia que generan las expectativas previas y los prototipos internalizados, sostenidos por los subordinados, en el nivel de efectividad que se percibe respecto de líderes actuales (e.g., Lord, 1985; Lord, Foti y De Vader, 1984; Lord y Maher, 1993). Esta línea de investigación sostiene que tanto los líderes como los subordinados, poseen un guión o estereotipo sobre cuáles son las conductas esperadas de una persona para ser considerada líder (Wofford, Godwin y Wittington, 1998). De esta manera, se sugiere que los miembros de un grupo de trabajo desarrollan, a través de procesos de socialización y experiencias pasadas con líderes, una serie de teorías implícitas acerca del liderazgo (TILs). Éstas consisten en un conjunto de presunciones personales acerca de atributos y habilidades que caracterizan a un líder ideal. Más específicamente, las TILs presuponen una serie de estructuras cognitivas o esquemas que especifican una serie de rasgos y conductas que los seguidores esperan de sus líderes. Se encuentran condensadas en la memoria de los seguidores y se activan cuando éstos interactúan con personas que ocupan una posición de liderazgo (Kenney, Schartz-Kenney y Blascovich, 1996).
Éstos esquemas proveen a los seguidores de una estructura cognitiva que les permite comprender y otorgar significado a las conductas y comportamientos de sus superiores. los estudios más ampliamente desarrollados en el terreno de las TIL. Dicha categorización supone que en un nivel supraordinado es posible distinguir entre líderes y no líderes; en un nivel de categorización básico se catalogan a los líderes según el contexto (político, militar, religioso), y en un nivel subordinado se categorizan a los prototipos básicos en subtipos (líder político conservador o liberal). En función de lo rese- ñado, la esencia del liderazgo reside más en el seguidor que en las características individuales del propio líder. De esta manera, Lord, Foti y De Vader (1984) argumentan que las diferentes percepciones que los seguidores sostienen acerca de sus superiores, conforman una serie de categorías cognitivas (o esquemas) jerarquizadas, cada una de las cuales está representada por una serie de prototipos. Éstos últimos se conformarían a partir de la exposición a eventos sociales, interacciones interpersonales y experiencias previas con líderes. Así, un líder será considerado como tal si las características o conductas que de él perciben sus seguidores coinciden con los prototipos internalizados por ellos (es decir, si existe coincidencia entre el prototipo ideal y la percepción del líder real). Epitropaki y Martin (2005) sostienen que cualquier discrepancia hallada entre el prototipo ideal y el real afecta la impresión que los seguidores se forman acerca de sus líderes. Estos prototipos son altamente idiosincrásicos, por lo cual es esperable encontrar diferentes prototipos de líderes en diferentes grupos sociales y poblaciones. La mayoría de las investigaciones empíricas sobre las TILs se han abocado al estudio de los prototipos cognitivos en contextos de laboratorio (e.g., Cronshaw y Lord, 1987; Lord et., al 1984), generalmente utilizando como muestras estudiantes universitarios (Lord y Maher, 1993) y se han focalizado casi exclusivamente en el contenido de los prototipos y en temas relacionados con la medición (Epitropaki y Martín, 2004; Offerman, Kennedy y Wirtz, 1994). En contextos organizacionales reales la temática ha sido muy poco investigada. Comprender el funcionamiento de las TILs en contextos reales posee una importancia práctica fundamental ya que el modo en que el líder es percibido por sus subordinados modera la autoridad que éste puede tener sobre sus seguidores (Maurer y Lord, 1991). Asimismo la congruencia entre los esquemas previos de los seguidores y las conductas reales de los líderes afecta de modo directo el poder que el líder tiene sobre sus subalternos y la aceptación de sus decisiones. En suma, el estudio de las TILs en situaciones reales y el examen de la distancia entre éstas y las conductas de un líder real, da como resultado que un líder resulte eficaz o no.
En virtud de lo comentado acerca de las TILs en cuanto al papel que juegan en la aceptación de la autoridad del líder, resulta relevante estudiar de forma conjunta la calidad de las relaciones establecidas entre líderes y seguidores. El marco teórico utilizado es la teoría del intercambio (LMX, leader member exchanges) que constituye otra línea de investigación en el estudio del liderazgo de gran difusión y con gran soporte empírico (Gerstner y Day, 1997; Graen y Uhl-Bien, 1995; Liden, Sparrowe y Wayne, 1997). La premisa fundamental que subyace a las teorizaciones acerca del LMX, es que existen diferencias entre los tipos de intercambio establecidos entre líderes y seguidores. Los líderes establecen relaciones cercanas sólo con algunos de sus seguidores y establecen intercambios de alta calidad con ellos. Las relaciones de alta calidad entre líder y seguidor estarían basadas en la confianza y el respeto mutuo. Si se ha logrado establecer este tipo de relaciones implica que esos subordinados pertenecen al endogrupo. Aparentemente el desempeño del subordinado en relación con el líder es uno de los factores que mayormente contribuye para que éste pertenezca a dicho grupo. Si líder y seguidor logran constituir una serie de intercambios razonables, estables y de confianza mutua entonces los subordinados permanecerán en su círculo. Estas relaciones se basan en una serie de refuerzos mutuos frente a los cuales, tanto líderes como seguidores, tienen que estar muy atentos para mantener el patrón de intercambios pautados. En general se trata de contratos implícitos. Por el contrario, las relaciones de baja calidad están basadas en la satisfacción lograda a partir de relaciones contractuales. En este caso se considera que estos seguidores pertenecen al exogrupo. En el exogrupo los seguidores no reciben el mismo apoyo que en el endogrupo, ni comparten el mismo grado de confianza. Resultados de investigaciones previas muestran que existe una fuerte asociación entre los intercambios de alta calidad y la obtención de niveles altos de productividad, así como también, un mayor nivel de satisfacción en el trabajo (e.g., Major, Kozlowski, Chao, Gardner, 1995; Seers y Graen, 1984).
En este sentido resulta altamente probable que los seguidores utilicen las TILs con el fin de formarse una impresión acerca de su actual líder y, en virtud de esto, tiendan a percibir los intercambios establecidos con éste como de baja o alta calidad. Epitropaki y Martin (2005) afirman que en la medida que los seguidores reconozcan una coincidencia entre el prototipo de líder internalizado y las conductas efectivas de sus superiores, los intercambios líder-seguidor tienden a ser de alta calidad. El resultado redundaría en una alta productividad en la organización, alta satisfacción laboral y actitudes hacia el trabajo positivas. Investigaciones previas han demostrado que los intercambios de alta calidad resultan en buenos resultados tanto para la organización como para los individuos (e.g., Major, Kozlowski, Chao y Gardner, 1995; Nelson, Basu y Purdie, 1998; Seers y Graen, 1984). Cabe considerar que las TILS son altamente idiosincrásicas y están, a su vez, moderadas por episodios previos de socialización y experiencias de liderazgo (Lord et al., 1984), por lo cual tiende a variar en función de contextos organizacionales diferentes. Asimismo la relación entre TILS y LMX no es recíproca. Resulta importante el estudio de ambos constructos desde el punto de vista de los seguidores, ya que los líderes no evalúan a los subordinados sobre la base de prototipos ideales sino en virtud de teorías implícitas relacionadas con la performance efectiva de dichos seguidores (Engle y Lord, 1997). A partir de lo expuesto, el presente estudio presenta como principal objetivo analizar si las TILs influyen sobre la calidad de la relación que establece el subordinado con su jefe (LMX). En virtud de los hallazgos teóricos comentados se formulan las siguientes hipótesis:
1.-Las teorías implícitas de los líderes influyen sobre la calidad de la relación que se establece con el jefe, tanto para población civil como militar y según sean líderes o no.
2.-A mayor discrepancia entre el líder real y el ideal resulta menor la calidad de la relación que se establece con el jefe.
3.-Las teorías implícitas influyen en la discrepancia percibida entre el líder percibido y el ideal, y de ésta depende la calidad final de la relación con el jefe.
4.-Este modelo se verifica tanto para población civil como para población militar.
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